Policía boliviana asedia nuevamente Embajada de México en ese país

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Elementos de la policía de Bolivia se apostaron este domingo en los alrededores de la embajada de México en aquel país, donde se encuentran asilados varios ex funcionarios del derrocado presidente Evo Morales, quienes temen por su integridad.

Vecinos de la sede diplomática, en la que se encuentran asilados el ex ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana, y otros seis ex altos funcionarios del gobierno de Morales, refirieron que la operación estuvo a cargo de unos 200 uniformados, con vehículos diversos de campaña.

Frente a estas versiones, La Jornada buscó al personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para confirmarlas y para solicitar una posición al respecto, sin embargo, hasta esta tarde-noche, no había respuesta del área de comunicación social de la cancillería.

De acuerdo con usuarios de redes sociales y defensores de derechos humanos en aquella nación, los policías del gobierno de facto de Jeanine Áñez –quien asumió el poder luego que en noviembre Evo Morales se viera orillado a renunciar a la Presidencia ante movilizaciones sociales— rodearon la residencia y cruzaron por la parte posterior un lindero que marca el perímetros de la sede, previo al pequeño muro trasero de la misma, que trataban de escalar.

El encargado de negocios de la embajada de México, Edmundo Font, encaró a los uniformados desde la sede y los increpó advirtiendo que lo que pretendían era una ilegalidad atentado contra territorio mexicano con inmunidad absoluta según la Convención de Viena.

Los informes obtenidos señalan que tras aproximadamente 40 minutos de tensión y ante la decidida actitud del funcionario mexicano, los policías recibieron órdenes de retirarse y se fueron.

Otras fuentes indicaron que Font protestó telefónicamente ante autoridades del gobierno de facto de Áñez y exigió el retiro del asedio al inmueble, que es custodiado por una veintena de agentes.

Es de recordar que las relaciones entre ambos países se fracturaron luego que el gobierno de México diera asilo tanto a Evo Morales como a varios de sus ex colaboradores a raíz de la renuncia de éste, en noviembre pasado.

La provocación de este domingo, como la calificaron los informantes, fue precedida por rumores policiales de una inminente intervención de la unidad de élite Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) para allanar la residencia diplomática y detener a los siete ex funcionarios allí asilados.

También en la semana recién terminada, fue retirado el grupo de jóvenes violentos que se mantuvieron durante siete meses asediando a la embajada y exigiendo la entrega de los asilados, y que fueron tolerados por el gobierno pese a las protestas mexicanas.

En días pasados se inició una campaña internacional para exigir al gobierno de facto que, conforme a las normas de asilo suscritas por el Estado boliviano, otorgue salvocondutos a los asilados y permita que viajen a México, a lo que se ha negado la administración de Áñez, que por el contrario busca a como dé lugar que esos ex funcionarios le sean entregados.

Opiniones recogidas por Prensa Latina entre círculos políticos señalan que la provocación puede ser una maniobra desesperada de atraer apoyo de sectores de la población que aprobaron el golpe de noviembre pero han dejado de respaldar al régimen por escándalos que han mostrado su corrupción e ineficiencia en la administración del Estado.

Con información de La Jornada.