Nueve de cada diez personas LGBTI+ esconden su identidad

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Nueve de cada diez personas LGBTI+ esconden su identidad.

El movimiento del orgullo LGBTI+, que se conmemora todo junio, tiene que persistir pues todavía hay mucho por qué luchar. Aunque en nuestro país ha habido avances como el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, aún hay que combatir la violencia estructural: lograr el acceso de la población de la diversidad sexual a la salud, a condiciones dignas de trabajo y garantizar el derecho a la no discriminación.

Así lo afirmaron los investigadores de la UNAM, Alethia Fernández de la Reguera Ahedo y César Torres Cruz, en el contexto del Día Internacional del Orgullo LGBTI+, que se celebra en nuestro país el último sábado del mes de junio.

“Hay que unirnos y aliarnos en las resistencias y en la lucha por los derechos de la población de la diversidad sexual en México, porque a pesar de que el artículo 1° de la Constitución prohíbe todo tipo de discriminación, incluyendo la orientación sexual, seguimos viviendo en una sociedad muy homofóbica, muy transfóbica”, aseveró Fernández de la Reguera, académica del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

Lo más alarmante, agregó la también coordinadora del Laboratorio Nacional Diversidades, es que esta homofobia se da en los entornos más cercanos: familia, escuela, trabajo, acceso a servicios médicos, entre otros.

Reclamo justo

Torres Cruz, académico del Centro de Investigaciones y Estudios de Género indicó que es muy importante conmemorar este movimiento social, el cual inició hace más de cuatro décadas: salir a las calles y dar cuenta de que hay muchas personas LGBTI+ en la sociedad que reclaman derechos y condiciones de vida más justas.

“Aunque no es el mismo contexto que en los años 60, cuando iniciaron estas manifestaciones en los espacios públicos o el de 1978, cuando se realizó la primera manifestación UNAMdel orgullo homosexual en Ciudad de México, todavía las personas LGBTI+ enfrentan grandes retos, por ejemplo: la alta tasa de crímenes de odio que ubica a México –de acuerdo con Observatorio de Sexualidad y Política– en el segundo lugar en el mundo”, dijo el experto en género, salud y sexualidad.

Fernández de la Reguera recordó la Encuesta Nacional sobre Discriminación por Motivos de Identidad de Género 2018, elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación y la Comisión Nacional para los Derechos Humanos, la cual señala que 75 por ciento de las personas trans se han sentido discriminadas, al igual que seis de cada 10 personas bisexuales, mientras que entre la gente con identidad de género no normativa -que no se identifica como hombre o mujer- aumenta hasta 80 por ciento.

“Es tan fuerte la discriminación que nueve de cada 10 personas de la diversidad sexual escondieron su identidad de género en algunos ámbitos como la familia, la escuela o el vecindario. El sufrimiento y dolor por tener que crecer en un entorno de profunda exclusión es una realidad de muchas personas en este país y de la cual debemos hacernos conscientes”, apuntó la especialista.

En 2019, añadió, se registraron 269 homicidios de personas de la diversidad sexual en el país, que es una de las formas más extremas de la violencia, pero la discriminación y la violencia se expresan en lo cotidiano: cuatro de cada 10 personas, por ejemplo, se han sentido excluidas y discriminadas cuando asisten a una consulta médica, entre otros datos.

Torres Cruz, doctor en Ciencias Políticas y Sociales, coincidió en que las prácticas homosexuales suelen estar más asimiladas por la sociedad, y actualmente persiste mucha discriminación y muestras de odio contra las personas trans.

Derechos civiles y sexuales

El movimiento del Orgullo LGBTI+ es un movimiento social que tiene sus orígenes en 1969, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, donde hubo redadas contra personas no heterosexuales, que se reunían en un pub.

Cansados de ello, en junio de ese año se enfrentaron a la policía, hubo revueltas varios días y manifestaciones en el espacio público por la lucha de sus derechos civiles, sexuales, así como los derechos de las personas afroamericanas.

“Salieron a las calles a manifestar su orgullo por no ser hetero, como personas gais, a decir: ‘existimos y estamos orgullosas de existir’. Además, hay que recordar que para entonces la homosexualidad era considerada una enfermedad mental”, señaló Torres Cruz.

En naciones como México donde también había represión se iniciaron protestas. Fernández de la Reguera relató que si bien en el país había habido ciertos momentos de resistencia importantes, el 26 de julio de 1978, durante una conmemoración del aniversario de la Revolución Cubana, un grupo de 30 personas, que se identificaban como integrantes del Frente de Liberación Homosexual se manifestaron.

Y en 1979 se llevó a cabo la primera marcha del orgullo homosexual. “Fue un acto político sumamente potente, posicionarse en el espacio público significó un acto político sumamente valioso”, expresó Torres Cruz.

Con el paso de los años se estableció el último sábado de junio como el Día del Orgullo LGBTI+, en el que hasta antes de la pandemia se realizaban concentraciones multitudinarias en Ciudad de México y otras del país.

Cruz Torres se refirió a la relevancia de visibilizar estos pendientes y más durante el confinamiento impuesto por la pandemia, pues para muchas personas LGBTI+ ha representado condiciones de muy alta vulnerabilidad. “Si en la familia hay alguien LGBTIfóbico tienen que enfrentarlo por no poder salir; hay quienes no se han atrevido a expresar su orientación sexual y tienen que vivirla en secreto”.

Los universitarios también consideraron que es bueno que la gente de la diversidad sexual ocupe más puestos de representación, como sucedió en las pasadas elecciones, pero indicaron que la legislación en temas de inclusión debe ser responsabilidad de todas las personas legisladoras.

“Es indispensable que haya más visibilidad de esta población en la toma de decisiones, pero la agenda de la igualdad sustantiva tendría que ser responsabilidad de todas las personas que legislan, independientemente de su identidad de género”, concluyó Alethia Fernández de la Reguera.

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Nueve de cada diez personas LGBTI+ esconden su identidad

Con información de UNAM https://www.unam.mx/