Fomentar la solidaridad crea sociedades más justas e incluyentes

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• La página “Solidaridad UNAM”, una ayuda en tiempo de crisis
• Pensamientos y creencias ponen barrera a muestras de apoyo: Rita Balderas Zavala, académica de la FES Acatlán
• Este 31 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Solidaridad

En tiempos de crisis la solidaridad adquiere mayor valor. Situaciones adversas han demostrado que los seres humanos, aun sin conocerse, son capaces de enfrentar juntos infortunios y retos. De ahí la importancia de practicar este principio.

Para la académica Rita Balderas Zavala, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, el hecho de prestar ayuda, tener respeto en casa y en la calle y cumplir las normas, nos hace solidarios. “Son pequeños actos individuales que se vuelven trascendentes en el presente”.

La solidaridad continua, es un valor que se construye paulatinamente a partir de su núcleo más cercano: la familia; luego se extiende a la escuela, al trabajo, y entre sociedades y naciones.

En ese tenor, expertos del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la Universidad Nacional crearon la página “Solidaridad UNAM”, abierta al público en general, para brindar apoyo en tiempos de crisis.

Carlos Gershenson García, investigador del C3, explica que en la búsqueda de cómo contribuir ante la situación que se vive, surgió la idea de este portal en el que la gente ofrece y solicita productos y servicios.

“Con un equipo del C3, con el que hemos desarrollado otras aplicaciones, lanzamos este sitio donde los usuarios pueden vincularse si necesitan ayuda. Se trata de hacer de la crisis una oportunidad para ayudarnos”.

“Solidaridad UNAM” tiene carácter social, es gratuito y coordina necesidades de oferta y demanda en la sociedad, remarca el también integrante del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS).

En ocasión del Día Internacional de la Solidaridad, que se conmemora este 31 de agosto, detalló que los apoyos incluyen artículos de higiene (cubrebocas, cloro, desinfectante), alimentos, asistencia para realizar algunas compras y llevarlas al domicilio de los más vulnerables, así como servicios de cursos o cuidado de niños. El proyecto está abierto a incrementar los servicios y productos solidarios, agrega.

Para establecer las redes de apoyo –explica– se determinaron dos criterios: la necesidad de un producto y la proximidad geográfica. “Se busca no desplazarse mucho para hacer las entregas”. Mediante un sistema de información se conecta a personas que no son vecinos ni se conocen.

Coordinado por Marco Antonio Rosas, también del C3, este sitio cuenta con un equipo de seis especialistas involucrados en el desarrollo y diseño de la página, que se puede consultar en: solidaridadunam.c3.unam.mx.

Gershenson García explica: “Estamos vinculándonos con el área de la UNAM que se encarga del voluntariado para complementarnos, pues ellos tienen experiencia para realizar este tipo de actividades”.

Apoyo incondicional

Balderas Zavala refiere que la COVID-19 ha generado un movimiento social y global solidario, porque afecta a todo el mundo y nos lleva a responder rápido, a ser generosos y pensar en el bien común. “Es un parteaguas para pensar en la solidaridad y en una sociedad distinta”.

Detalla que este valor es una adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones difíciles; va tomando sentido conforme se aplica en los espacios donde nos vamos involucrando. En ciertos momentos de crisis, tiene una rápida capacidad de respuesta.

“Por ejemplo, en esta pandemia hemos visto muestras de solidaridad espontáneas y expeditas, pero ha habido momentos en que nos cuesta trabajo porque tenemos pensamientos y creencias que ponen una barrera”, considera la universitaria.

Con información de UNAM.