Con una reforma al sistema de pensiones –que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha comprometido para la mitad de su sexenio– no se resuelven los temas “más fundamentales” que se arrastran como el crecimiento de la economía, salario y formalidad, reconoció Carlos Noriega Curtis, titular de la Unidad de Seguros y Pensiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“No podemos aspirar a que a través de un sistema de pensiones resolvamos problemas más fundamentales como el crecimiento de la economía, como el nivel de salarios, como el tema de la formalidad de la economía. Entonces, la reforma que se haga –cuando se haga– será la mejor reforma que podamos haber tomando en cuenta todo esto”, expuso en conversación con medios, luego de participar en el Seminario Retiro y Salud.
“Va a ser una reforma lo más amplia posible, pero respetando los equilibrios”, aseguró en el marco del evento organizado por la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores (AMAC). A tiempo, apuntó, que para sentar las bases de ella tendrán que evaluarse los factores “de crecimiento y productividad, así como ver la capacidad de las finanzas públicas”.
En dicho sentido, advirtió que la productividad y los costos laborales se han vuelto fundamentales en las mesas de trabajo que ya se realizan de cara a la reforma.
“Cualquier número que utilicemos de tasa de aportación, de reemplazo, de tasa de interés no puede ser un número voluntarioso, que salga del imaginario de nadie, tiene que ser resultado de un tema número y luego habrá que buscar la anuencia y reconocimiento de los obreros”, apuntó.
Y es que, manifestó, el sistema de pensiones que entró en 1997 ha encontrado sus principales resistencias en el movimiento obrero.
“El hecho de que el sistema de pensiones no tenga el reconocimiento que merece en parte es porque el movimiento obrero no lo ha hecho propio, no lo ha conocido a fondo, no se ha integrado plenamente. Creo que además de los números está la parte de los trabajadores (…) si tendrá que ser un ejercicio numérico y por otro lado de consenso”, expuso.
Asimismo, entre las directrices que se prevén que son imperativas negociar por parte de todos los involucrados (trabajadores, patrones y gobierno) son elevar la edad de retiro y subir la tasa de aportaciones en el sector. En el rubro empresarial el pendiente también está que las empresas dejen de evadir la afiliación a la seguridad social o subestimen el ingreso real del trabajador para pagar lo menos.
La reforma, al parecer de Noriega Curtis, es algo que en primera no resolverá todas las demás aristas que tiene el gobierno, y aunque el marco legal definido al pie del sistema de pensiones atañe a la mitad de gobierno, “ya comenzó” a implementarse con la pensión universal que supone el programa de apoyo a adultos mayores y la política de impulso al sector financiero del 8 de enero.
Con información de La Jornada.