La secretaria de Energía, Rocío Nahle, explicó esta mañana que la instrucción presidencial fue colaborar con la OPEP-no-OPEP “en la medida de nuestras posibilidades”, y por ello México no aceptó bajar en un 23 por ciento su producción, porque los impactos para el país hubieran sido negativos incluso en lo técnico.
Explicó que mientras que en 2019 se tuvo una demanda mundial de 99.67 millones de barriles por día, en los primeros meses de 2020 ésta cayó a 88.73 millones de barriles, lo que se explica por la reducción de la circulación de automóviles por el impacto de la pandemia de Covid-19.
La postura de México, expuso la secretaria, fue reducir 100 mil barriles porque no es lo mismo la producción de Arabia Saudita frente a la producción mexicana. Todos los países en la negociación, dijo, entendieron la situación del país por la declinación que traía en su producción.
Agregó que, como país, “no estábamos obligados a participar en esas negociaciones pero se acató el acuerdo que firmaron gobiernos anteriores, porque somos un país serio”. Ante ello, reconoció que el gobierno del presidente Donald Trump se comprometió a reducir 250 mil barriles para compensar lo que México no reducirá.
La ingeniera Rocío Nahle agradeció tanto al presidente estadunidense como al ruso, Vladimir Putin, por el respaldo que mostró ante la decisión de México.
Con información de Contralínea.