Movimientos ambientalistas apoyados por empresas extranjeras, detrás de las protestas contra termoeléctrica en Cuautla, acusa AMLO

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“Voy a decir algo… como lo acostumbro: hay movimientos ambientalistas que son apoyados por empresa extranjeras que no quieren competencia y que cuando se trata de una planta así, más si es de la nación, se promueven oposiciones”.

Lo anterior fue afirmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia de prensa matutina de este viernes al exponer la estrategia con la cual su gobierno está atendiendo la inconformidad que ha generado el desarrollo del “Proyecto Integral Morelos” (PNI) que implicó la construcción de un gasoducto, un acueducto, una red de transmisión y una planta termoeléctrica, esta última propiedad de la Comisión Federal de Electricidad y cuyo costo fue de 22 mil millones de pesos.

El PNI comenzó a desarrollarse en el año 2011 y ya ha sido concluido, pero a lo largo de su construcción se registraron diversas protestas y, según reconoció el Presidente, durante ellas se reprimió a manifestantes e incluso se arrestó a campesinos, razón por la cual anunció la realización de una consulta popular para decidir si la termoeléctrica se pondrá en funcionamiento o no.

Durante la conferencia de prensa, el titular del Ejecutivo reconoció que “hubo atropellos” en el pasado y que eso justificaba las protestas que hoy tienen paralizado el proyecto. Sin embargo, afirmó que también habría intereses de empresas privadas detrás de las inconformidades, en particular las relativas a la contaminación del agua que se utilizará en la operación de la termoeléctrica.

Y aunque no señaló a ninguna organización ambientalista y matizó el comentario afirmando que este componente de la inconformidad “es la menor parte” insistió en que existen intereses de empresa privadas que se manifiestan a través de movimientos ambientalistas en este caso.

Al abundar en la explicación, aseguró que su gobierno ha solicitado el acompañamiento de la UNESCO para certificar que el agua utilizada en la producción de vapor, así como en el proceso de enfriamiento de la planta, sea tratada con estándares internacionales y se garantice que no contaminará el ambiente.

“Una de las cosas que puse como condición, antes que nada, fue lo de la calidad del agua. Si se contaminara con metales pesados, si se afectara el agua, no íbamos a dar este paso. Ni siquiera la consulta. Sencillamente se quedaba la planta ahí”, dijo a pregunta de una reportera.

La información con que cuenta el Gobierno de la República, dijo, permitirá aclarar las controversias, disipar dudas “y a veces planteamientos que no tienen fundamento; que obedecen más a la carga ideológica y también a intereses creados”.

Con información de Vanguardia.