Régimen de Áñez quiere acusar a Evo de sedición

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Mientras habitantes de la ciudad El Alto enterraban a sus muertos, miles de seguidores del presidente exiliado en México Evo Morales llegaban a la comunidad de Senkata -donde ayer la intervención policial militar se saldó con seis muertos y decenas de heridos, según la Defensoría del Pueblo-, al grito de “no están solos”.

De acuerdo a la Fiscalía General de Bolivia, son ocho los muertos durante las manifestaciones en El Alto.

“Carne de cañón”, dijo de los muertos el ministro de Gobierno Arturo Murillo, quien ha sido la cara dura del gobierno de facto. El ex senador dijo que con la acción policiaco-militar del martes tuvo la intención de “proteger vidas” puesto que informes de inteligencia indicaban que grupos vinculados a Morales pretendían hacer volar el depósito de combustible.

Líderes del Movimiento al Socialismo han dicho, en cambio, que los militares comenzaron a disparar cuando se estaba dialogando, pues ellos consideraban autorizar la salida de vehículos con gas doméstico.

Pese a las numerosas evidencias gráficas de la acción militar, el ministro de Defensa de Jeanine Áñez ha insistido desde ayer en que “de las Fuerzas Armadas no salió ni un solo proyectil”.

La conferencia de Murillo no tuvo como centro explicar el operativo de ayer, sino presentar un video y un audio en el que se mira parcialmente el rostro de un dirigente cocalero mientras sostiene una conversación con alguien que el ministro identifica como Evo Morales.

El dirigente, según las autoridades, es Faustino Yucra Yarwi, y en el audio se escucha una voz –Morales, de acuerdo con el ministro– que ordena las modalidades de la resistencia. “Que no entre comida a las ciudades, vamos a bloquear, cerco de verdad”.

El ministro Murillo aseguró que el video puede ser enviado “al laboratorio que quieran” para probar que es auténtico.

Tras presentar el video, Murillo dijo que es prueba suficiente para acusar a Evo Morales de sedición y presentar una demanda internacional. El ministro también usó la expresiones de “terrorismo” y “crímenes de lesa humanidad” para referirse a las acciones de Morales.

Según el ministro del gobierno de facto, las movilizaciones tras la salida de Morales del país se limitan a “30 o 40 mil personas”. La autoridad que controla las carreteras del país tiene registro de 71 bloqueos, la mayor parte de ellos en las provincias de La Paz (23) y Cochabamba (25).

Apenas terminó la breve presentación, las televisoras y las estaciones de radio se unieron para replicar el contenido del audio y recoger las impresiones de actores políticos partidarios del gobierno de facto.

El ex candidato presidencial Carlos Mesa dijo que el audio de marras desautoriza a Morales a hablar de diálogo para “pacificar” el país, aunque dijo que todavía falta que se pruebe su autenticidad.

La batalla de Mesa es otra, que comparte con el líder ultraderechista santacruceño Luis Fernando Camacho: que se establezca, a la de ya, la fecha de las elecciones.

Camacho y Mesa quieren que la autoproclamada Áñez recurra a una figura legal conocida como “decreto supremo” para convocar a elecciones. El asunto, claro, no se reduce a la fecha, sino a los plazos necesarios para organizar el proceso y sobre todo al nombramiento de los vocales del Tribunal Electoral.

Esta tarde están citadas ambas cámaras de la Asamblea Legislativa para avanzar hacia la convocatoria de nuevas elecciones, pero analistas locales ven poco prometedoras las reuniones, puesto que los legisladores del MAS, que son mayoría, participan bajo la amenaza permanente de que podrían ser detenidos por incitar a la “sedición”.

Con información de La Jornada.