La música también se lee: libros musicales para regalar

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Ensayo, memorias, conversaciones… cinco recomendaciones esenciales para disfrutar.

Material inflamable – Richard Lloyd (Contra)

Es una de las últimas novedades en cuestión de memorias musicales. Quizá de las más interesantes que se pueden leer en los últimos tiempos junto con las de Jeff Tweedy de Wilco. Se trata de un libro distinto.

Richard Lloyd, guitarrista de los irrepetibles Television, rastrea en el pasado de su vida para mostrar cómo vivió al límite y disfrutó de intensos momentos pero también ofrecer pensamientos sobre el rock y la existencia.

Bebió muchísimo, se drogó igual, se fue chapero en Nueva York y descubrió a los Ramones antes de que estos debutaran en el CBGB’s. Todas estas peripecias son contadas bajo el hilo conductor de relatar su experiencia con la locura y sus internamientos en manicomios.

Con prólogo del periodista musical Rafa Cervera, el libro se acerca a una confesión, como si se lo contara a un colega de toda la vida, y tiene algo de memorias verbales. Como escribe el propio Lloyd:

“Llevo toda la vida sufriendo, a sabiendas de que es un aspecto valioso de la condición humana… He aprendido sufriendo y he aprendido a sufrir”. De todo este sufrimiento, salió algo valioso como la música de Television pero también un ser tan atípico como Lloyd.

El trap. Filosofía millennial para la crisis en España – Ernesto Castro (Errata Naturae)

Es uno de los grandes ensayos del año, más cuando se adentra en un estilo musical tan de actualidad y lo analiza desde la óptica social con ojo de cirujano. Ernesto Castro, doctor en Filosofía de la Universidad Complutense, se pregunta qué es el trap y a partir de ahí lo relaciona con la historia de la música urbana española, pero también con el feminismo, la generación milenial, la apropiación cultural o el modelo económico actual.

Como escribe su autor, el libro tiene también el objetivo de ver “la relación de amor-odio del trap con los grandes sellos discográficos” y analizar si ha contribuido a agravar la crisis de la industria. Es, en definitiva, un estudio concienzudo que muestra todas las aristas necesarias para entender el fenómeno musical y sociológico de una música que marca a la juventud de hoy en día como anteriores décadas lo hizo el pop o el rock. Un texto necesario.

Conversaciones con Gonzalo García Pelayo. Nostalgia del futuro – Luis Lapuente (Efe Eme)

Como aquellos libros de conversaciones en los que François Truffaut se sentaba a hablar con Alfred Hitchcock o Cameron Crowne con Billy Wilder, aquí dos grandes de la música española charlan sobre música, pero también sobre industria, cine, política… El reputado periodista musical Luis Lapuente conversa con una figura clave de la música española como Gonzalo García Pelayo, uno de los tipos más creativos y tentaculares que han pasado por el negociado musical. Productor musical, adalid del rock andaluz (con Triana, Gualberto y Lole y Manuel a la cabeza) y locutor radiofónico.

García Pelayo siempre prefiere destacar su labor como cineasta, pero en este libro se desprenden tantas claves musicales que es una gozada de principio a fin para entender cómo era la música y la industria en los setenta españoles, pero incluso para comprender cómo lo es ahora. Burning, Silvio Rodríguez, Paco de Lucía, Triana, Carlos Cano, María Jiménez… y muchos más desfilan por sus experiencias. También artistas internacionales de toda condición. Su visión es necesaria para ver el desarrollo musical en nuestro país. Una pasada.

Playing Changes. Jazz del nuevo siglo – Nate Chinen (Alpha Decay)

Otro de los grandes ensayos de este año. Nate Chinen lleva más de veinte años escribiendo sobre jazz, entre los cuales doce los ha pasado en The New York Times, siendo responsable de la columna de opinión en Jazz Times. Este crítico musical de primer nivel relee desde una perspectiva contemporánea la relevancia del jazz como elemento de discusión musical.

En su viaje por el jazz del siglo XXI, Chinen toma a las figuras centrales del jazz actual, entre los que incluye a Kamasi Washington, John Zorn, Brad Mehldau, Flying Lotus y Cécile McLorin Salvant, entre otros. Se sirve de ellos para repasar la historia del género en relación con el pasado y con sus posibilidades de futuro, una vez conectado con el hip hop post-milenial,el R&B y los discursos del ruido y de la producción electrónica.

Como escribe su autor: “La idea misma de una definición, de hecho, ha empezado a parecer anticuada e inerte. Da igual cómo decidas llamar a la música, el jazz es igual de volátil y fecundo ahora que en cualquier otro momento desde sus inicios. En vez de rigurosas oposiciones binarias y de facciones enfrentadas, lo que tenemos delante ahora es un embrollo de alineamientos contingentes. En vez de una presión para definir y de un estilo predominante, tenemos permutaciones sin límites y carentes de parámetros fijos. Esa multiplicidad reside precisamente en el corazón de la nueva estética, y es el motor de su gran promesa de futuro”. Sobresaliente.

Mediterráneo. Serrat en la encrucijada – Luis García Gil (Efe Eme)

Efe Eme lleva ya años trabajando en la resistencia en la confección de pequeñas joyas editoriales. Si el libro de conversaciones de García Pelayo es una de sus últimas novedades, este ya lleva cuatro ediciones, pero conviene recomendarlo ahora que varios músicos españoles publicaron Hijos del Mediterráneo, un tributo a la obra maestra de Serrat. También coincide que este 2020 vuelve a girar el músico catalán junto a Joaquín Sabina, del que precisamente Efe Eme publicó este año 19 días y 500 noches, Sabina fin de siglo, escrito por Juan Puchades.

Con un análisis tan apasionado como didáctico, Luis García Gil desmenuza todo lo que tiene que ver con uno de los discos más esenciales de la música española de todos los tiempos. Cuenta sus orígenes, la inspiración que le vino a Serrat, esos pasos hacia la grabación y su posterior observación de cada canción de una obra magistral. Es interesante porque se nutre de voces de otros músicos y expertos musicales y además se esfuerza en destacar la labor de los productores Juan Carlos Calderón, Gian Piero Reverberi y Antoni Ros-Marbà y su modo de trabajar, e incluso del periplo de Serrat a Italia para la grabación. Después de leerlo, el álbum más importante de Serrat cobrará otra vida.

Con información de El País.