Padre de la hipótesis Gaia publica “Novaceno”

Padre de la hipótesis Gaia publica “Novaceno”.

El nuevo libro de James Lovelock desarrolla su visión sobre la próxima era geológica de la humanidad: el Novaceno. Un tiempo en el que las máquinas llegarán a un punto de desarrollo tal que serán otro ser vivo más en este mundo. Ese ser vivo será totalmente autónomo, se reproducirá por sí mismo y evolucionará en cada interacción sin ayuda alguna de los humanos.

Esto puede recordar a las tramas distópicas de Matrix o Terminator, donde las máquinas acaban revelándose contra los hombres para ponerlos a su servicio. Pero Lovelock no lo ve así, el Novaceno que plantea en su libro será un periodo de paz y prosperidad. Y está a punto de comenzar.

El investigador, inventor, profesor y pensador inglés es conocido mundialmente por su teoría sobre Gaia, que propone la idea de que el planeta y todos los seres vivos que lo habitan, interactúan formando un sistema sinérgico y autorregulado que ayuda a mantener y perpetuar las condiciones de la vida.

Pero Lovelock es mucho más que eso y sus 102 años de edad le han cundido como si hubiera vivido 300.

Es licenciado en química, doctorado en medicina y en biofísica. Ha estudiado en Harvard, en Yale y ha publicado más de 200 artículos científicos sobre medicina, biología o geofisiología.

Además, ha trabajado para la NASA y ha inventado algunos de los instrumentos que lleva el Curiosity rover para buscar vida en Marte. Su último libro está a punto de publicarse en español, se llama Novaceno: La próxima era de la hiperinteligencia.

Libro que estará a la venta a partir de Septiembre, aunque lleva tiempo disponible en su versión original en inglés.

Novaceno es el nombre que propone Lovelock para la siguiente era geológica, aunque está abierto a sugerencias si a alguien se le ocurre uno mejor. Y llegará tras el Antropoceno, la era actual que empezó cuando los humanos obtuvimos la capacidad de alterar la geología y los ecosistemas del planeta. De aquella versión en inglés tomamos prestado el nombre de esta sección sobre futurismo.

Estamos solos en el Universo

Lovelock dedica los primeros capítulos de su libro a recordarnos nuestro lugar en el Universo y plantearnos que tal vez estemos solos en él.

Esta gran sucesión de casualidades que han sido necesarias para dar lugar esta forma de vida inteligente que llamamos ser humano puede no haberse repetido en ningún otro sitio de la galaxia.

Si el cosmos se formó hace unos 14 mil millones de años, nosotros, seres evolucionadísimos, llevamos en la tierra solo 300.000 y las grandes mentes capaces de descifrar las leyes del Universo como Copérnico, Galileo o Newton aparecieron hace apenas unos 500.

Para el investigador, a pesar de la inmensidad del Universo y sus 2 quintillones de galaxias con sus 100 mil millones de estrellas cada una, no hay otros seres que tengan una inteligencia o una tecnología como la nuestra.

No ha dado tiempo, según él. La evolución de la vida en la Tierra tardó casi un tercio de la edad del Universo en desarrollarse y el cosmos, afirma, no es tan viejo como para que se hayan producido unas cadenas de acontecimientos parecidas en otro lado.

Además, en el caso de que pudiéramos encontrar signos de una sociedad más avanzada que la nuestra, dice, se trataría probablemente de vida inorgánica, más parecida a las máquinas superinteligentes que tendremos aquí en unos años que a esas criaturas con enormes ojos inclinados que hay en el imaginario colectivo.

También piensa que la idea de que existan zonas de habitabilidad en otras estrellas donde pueda haber condiciones similares a las de la Tierra es errónea. Según él, ese concepto ignora la noción de que los seres vivos que habitan un planeta como el nuestro modifican su medioambiente y su clima de manera que facilitan aún más la vida en ese lugar.

En la Tierra son las propias formas de vida las que han controlado el calor que viene del Sol. Si la vida desapareciera de nuestro planeta, sostiene Lovelock, las temperaturas subirían tanto que la vida aquí sería insostenible.

Más allá de que seamos capaces de colonizar otros planetas y así sobrevivir a los eventos capaces de terminar con nuestra especie aquí en la Tierra, Lovelock piensa que aún podemos hacer muchas cosas aquí para evitar esa extinción. Y dedica los siguientes capítulos a explicar someramente el concepto de Gaia y a cómo en el futuro serán otros seres distintos a los humanos los que se enfrentarán a los enigmas del cosmos.

La próxima era de la hiperinteligencia

Lovelock piensa que los entendedores del futuro no serán humanos sino máquinas superinteligentes que él llama cíborgs.

Estos cíborgs no tienen que ver con los seres de ciencia ficción que conocemos: mitad cibernéticos mitad orgánicos. Sino unos organismos diseñados y construidos por sistemas de inteligencia artificial que a su vez fueron creados por nosotros, los humanos.

El día que nazca una forma de vida artificial, dice Lovelock, que sea capaz de reproducirse y corregir los errores de reproducción anteriores mediante selección natural, sabremos que ha empezado el Novacaceno y habremos dejado atrás nuestra actual era geológica, el Antropoceno.

Según el investigador inglés, cuando Thomas Newcomen inauguró la revolución industrial al inventar la máquina de vapor en 1712, dio comienzo el Antropoceno. Y desde entonces nuestro planeta no ha parado de transformarse.

Las ciudades han proliferado, la tecnología también y la humanidad ha vivido una de las épocas más prósperas de su historia. Pero esta época de abundancia tiene un precio. Según Lovelock y la mayoría de los científicos, el Antropoceno ha traído como consecuencia el aumento de la temperatura del planeta.

El equilibrio en Gaia se ha roto debido a 300 años de cambios en el medioambiente, pero según el investigador inglés hay margen para arreglarlo si empleamos el ingenio y mejoramos la tecnología.

Aunque es ecologista, en Lovelock priman los criterios científicos por encima de las ideologías, los hechos por encima de las creencias, y dentro de su Novaceno conviven de manera natural tanto las energías solares como las nuevas tecnologías de energía nuclear.

Los plásticos hechos con petróleo y los biodegradables. Pero de todos esos avances tecnológicos que están por venir destacarán por encima de todos, como en su día lo hizo la máquina de vapor, los cíborgs.
Una nueva forma de vida

Estas nuevas formas de vida inorgánicas, explica Lovelock, serán capaces de manejar información muchísimo más rápido que nosotros, un millón de veces más rápido. Se reproducirán y mejorarán su especie siguiendo procesos evolutivos similares a los nuestros. Y serán ellos mismos los que se encargarán de construir sus nuevas versiones.

Los cíborgs serán entonces una nueva forma de vida que, según Lovelock, ha nacido del útero del Antropoceno. En el mundo futuro que se imagina el investigador inglés las formas de vida no solo estarán basadas en códigos de ARN y ADN, sino en otros códigos que incluyen los que provienen de instrucciones y electrónica digital que todavía no se ha llegado a inventar.

En este periodo del futuro, el sistema Gaia estará compuesto tanto por los seres vivos que conocemos ahora como por los futuros seres vivos artificiales. Para Lovelock esto cambia el proceso de evolución Darwiniano de selección natural a otro mejorado en el que tanto humanos como cíborgs podamos corregir mucho más rápido las mutaciones dañinas para nuestra evolución.

Lovelock piensa que a pesar de que tradicionalmente, o tal vez debido a nuestra naturaleza humana, las máquinas inteligentes han tendido a hacerse con forma humana y en cierta manera similares a nosotros, pero esto no tiene por qué ser así.

No podemos asumir que los cíborgs del Novaceno quieran parecerse a nosotros, para Lovelock, ellos evolucionarán a partir del código que ellos mismos creen y este no tiene por qué estar regido por cómo vemos el mundo los humanos.

De hecho, para el investigador, ni siquiera utilizarán nuestro lenguaje. Tendrán el suyo propio, mucho más eficiente, infinitamente más rápido que estará libre de los impedimentos que causan nuestras limitaciones físicas.

Su velocidad y su gran capacidad de gestionar información les hará capaces, afirma Lovelock, de resolver misterios que nosotros llevamos siglos investigando sin éxito. Lovelock asegura que no hay que hacer caso a las teorías distópicas como las que vemos en la ciencia ficción. ‘Matrix’ o ‘Terminator’ serían un buen ejemplo de ellas.
Aunque sus cíborgs sean organismos totalmente inorgánicos, nos necesitan tanto a nosotros como a todo el conjunto de seres orgánicos que forman Gaia. Así se podrá continuar regulando el clima, manteniendo la tierra fría y ayudando al planeta a recuperarse de los efectos de futuras catástrofes como la caída de un meteorito gigante.

El futuro del planeta depende del equilibrio de Gaia y para que eso pase, dice Lovelock, no hay otra alternativa que trabajar juntos.

Aun así, asegura que el peligro de que los cíborgs sean capaces de acabar con la vida de las personas está ahí y depende de cómo gestionemos el desarrollo de la inteligencia artificial ese peligro se puede hacer aún más evidente.

Según Lovelock, permitir que las máquinas tengan el poder de decidir sobre la vida o la muerte con total independencia es una línea roja que no se debe pasar de ninguna de las maneras.

Para él la mera noción de permitir la evolución de este tipo de sistemas informáticos adaptativos en plataformas militares es la idea más mortífera que se ha introducido hasta ahora para acabar con la vida humana y de las otras formas de vida orgánica en la Tierra. Y no concibe que nuestros líderes, casi todos ellos completamente ignorantes en asuntos de ciencia e ingeniería, estén dando pasos cada vez más firmes para fomentarlas.

TE PUEDE INTERESAR: Invitan a la presentación del libro 4T Claves para descifrar el rompecabezas

Con información de El Confidencial https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2021-08-28/james-lovelock-novaceno-futuro-navacene-hiperinteligencia_3252786/

James LovelockNovaceno
Comentarios (0)
Agregar comentario