A ejidatarios e indígenas, los primeros frutos del Tren Maya

0 50

El Tren Maya detonará polos de desarrollo en los cinco estados por los que pasará, que incluyen parques agroindustriales cárnicos, frutales, forestales, de alimentos orgánicos y de palma de aceite; dos talleres de mantenimiento de trenes (Cancún y Escárcega), ecoturismo y turismo de aventura, pesca deportiva, servicios de logística como refrigeración de alimentos para atender una demanda de 2.8 millones de toneladas, terminales de carga y de combustibles (Cancún, Campeche, Puerto Progreso), infraestructura carretera y de transporte con centros de flete, empaquetados de producción, aeropuerto de carga en Chichén Itzá y recuperación camaronera en Ciudad del Carmen.

Habrá más opciones que están en estudio, dentro de un análisis de vocación productiva de la zona y con la visión determinante de evitar la especulación con la tierra. Un elemento central será la creación de ciudades pequeñas y subcentros urbanos con hoteles, viviendas, centros comerciales, naves industriales y de manufacturas, centros educativos, de salud y culturales; 70 por ciento de estas nuevas zonas serán áreas verdes y 30 por ciento urbanizadas con espacios para usar bicicleta o caminar sin problemas.

Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), puntualizó al portal Milenio que incluso hay interés de empresarios de Estados Unidos que visitan zonas del Usumacinta, como Tenosique, Tabasco, para establecer una cuenca lechera ante la riqueza de agua, y holandeses analizan proyectos de refrigeración de pequeñas producciones de alimentos para llevarlos a centros de consumo turístico y reducir importaciones.

En el tendido de los mil 440 kilómetros del Tren Maya que pasará por Chiapas, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo y Campeche, habrá ductos de fibra óptica para asegurar internet en toda la región. Los trenes de carga tendrán capacidad de refrigeración de productos y los de turismo contarán con museos temáticos y espacios especiales para difundir imágenes de la riqueza cultural de esas entidades.

Funcionarios de los gobiernos estatales, de Fonatur, de ONU-Hábitat y especialistas que analizan todo tipo de temas, tienen en sus manos muchas propuestas para impulsar proyectos de inversión que son sometidos a análisis rigurosos. En su momento se darán a conocer los resultados de los proyectos insignia para detonar los polos de desarrollo que darán empleo y generarán riqueza entre las comunidades indígenas.

Jiménez Pons dijo que los primeros beneficiarios serán los dueños de las tierras: ejidatarios, pequeños comuneros y particulares, porque se buscan asociaciones en participación, creación de fideicomisos o alguna fórmula legal que acepte la comunidad para establecer un programa productivo conjunto.

“Los propietarios no perderán sus tierras y no regresarán como sirvientes; a los pueblos originales indígenas no se les desplazará. Se les dará juego económico para que en el resto de sus terrenos continúen con usos y costumbres y produzcan comida orgánica; no habrá desorden en las nuevas ciudades que tendrán centros agroindustriales, de acopio y pequeñas unidades industriales”, señaló.

Comentó que en Campeche y Quintana Roo, por ejemplo, hay ejidos con extensiones territoriales de 10 mil hectáreas.

“En mil estarán la estación y una pequeña ciudad de 400 hectáreas con todos los servicios y centros de producción. “Solo Quintana Roo depende 100 por ciento del turismo; los otros cuatro estados no, pero cuentan con una fuerza agroalimentaria fundamental para atender los centros de consumo de la Riviera Maya, Cancún o Mérida, transportados desde el tren”. Otro ejemplo es el inmueble y terrenos del antiguo aeropuerto de Palenque, de 200 hectáreas, que fue donado al Fonatur Tren Maya para construir la estación, el “conjunto arquitectónico complementario de la misma (Palacio Municipal y Plaza Central), con componentes urbanos y paisajísticos, que conforman la primera etapa del Plan Maestro”.

Los proyectos

El titular de Fonatur reconoció que en Quintana Roo se promueve una central de abastos y otra de hidrocarburos, que en Yucatán dan valor agregado importante a la industria de la miel, que se vende incluso en polvo; que en Cancún y Escárcega habrá grandes talleres ferroviarios para dar servicio a los cerca de 100 que integrarán la Ruta Maya, que en Chiapas y Tabasco se habla de desarrollar cuencas lecheras, y que estadunidenses ya checan los terrenos; que en Escárcega habrá un centro de acopio y de carga de la agroindustria, que en Chichén Itzá se fortalecerá el aeropuerto de carga existente, que el tren conectará con todos los puertos y aeropuertos, con el Istmo de Tehuantepec, con la terminal de hidrocarburos de Coatzacoalcos y que Campeche recuperará su vocación camaronera.

Explicó que la agroindustria que se impulsará en los cinco estados contempla temas forestales, de frutas y verduras, de aceite, de empaquetado, centros de refrigeración, cárnicos y de alimentos orgánicos. “Habrá vagones del tren para refrigerar los productos y ya empresarios de Holanda han propuesto patentes para llevar pequeñas producciones a los centros de consumo empaquetados y con valor agregado; los trenes turísticos tendrán museos y espacios especiales para presentar imágenes culturales”.

Otros funcionarios consultadas por Milenio revelaron que en Cancún habrá un centro de logística de carga y trenes suburbanos para conectar el Tren Maya con la ciudad, en Campeche, otro centro de combustibles, al igual que en Puerto Progreso; prácticamente en todas las entidades se impulsarán granjas avícolas y porcinas, producción de sorgo y caña de azúcar, palma de aceite y soya; parques agroindustriales con alimentos procesados, más zonas turísticas, como el Parque Cenotes Xcaret, en Valladolid, Yucatán, la selva de la Reserva de Calakmul y la ruta Palenque-Cascadas de Agua Azul; ecoturismo en Panjalé, Santa Elena, cenote Santo Tomás, playas de Catazajá y Cañón del Usumacinta, así como pesca deportiva en Tikal.

Roberto Rendón Medel, catedrático de Chapingo, comentó en Tabasco el 10 de enero que entre las oportunidades que ofrece el proyecto Tren Maya está crear una cadena en frío para transportación y suministro de productos que demandarán 15 millones de personas que transitarán por la ruta: “La demanda será de 2.8 millones de toneladas de productos refrigerados; habrá dos estaciones en Tenosique y Balancán y un parador y parajes turísticos en las Cascadas Reforma, en Balancán”.

No a la especulación

Rogelio Jiménez Pons reconoció que ya hay mucha especulación de tierras en varias ciudades y que los esquemas en que se trabaja no la permitirán. “Queremos que los trabajadores estén cerca de las fuentes de empleo y que incluso lleguen a pie.

La planeación que se aplicará evita la especulación; va más allá del concepto tradicional turístico, porque aquí se incluye a todos.

Se trata de crear ciudades bonitas, agradables, que se pueda caminar por sus áreas verdes”. Puntualizó que si alguien quiere invertir en la zona del Tren Maya debe entender que será parte del grupo original de propietarios; que los ejidatarios no perderán su propiedad; que la dispersión de la población no es buena para la salud ni para la educación y los servicios básicos, y que las nuevas ciudades serán incluyentes para disminuir los altos niveles de marginación. “ONU-Hábitat dice que se debe abatir la mortalidad infantil considerablemente con los nuevos centros urbanos; en eso estamos, en buscar más bienestar para la gente que vive en la región”.

Chocan Monreal y Cossío por iniciativa

El coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, anunció que este miércoles presentará la iniciativa de reformas constitucionales a la Ley Federal de Amparo para evitar que los recursos procedan en el caso de obras públicas que beneficien a la comunidad, luego de que en esta administración han frenado construcciones como el aeropuerto o el Tren Maya.

En respuesta, el ex ministro de la Suprema Corte José Ramón Cossío la calificó de “escandalosa” y señaló que la figura de amparo es un medio de protección ante un acto de autoridad.

Con información de Milenio.