Playa del Carmen, el destino con playas libres y precios accesibles que vuelve a brillar en el Caribe

por Redacción Actualizado el Oct 13, 2025

Playa del Carmen, Quintana Roo, 13 de octubre de 2025.— Mientras Tulum se encuentra en proceso de replantear su modelo turístico y resolver los retos de movilidad y acceso público, Playa del Carmen se consolida como una opción práctica, económica y cercana para disfrutar del Caribe sin complicaciones ni excesos.

A diferencia de otros destinos, Playa del Carmen conserva una cualidad que la distingue: todas sus calles descienden hacia el mar y los accesos a la playa son completamente libres. Desde la emblemática Quinta Avenida, cada cruce lleva directo a la arena, sin filtros ni restricciones. Además, a partir de la Calle 46 comienzan los accesos a las playas certificadas del norte de la ciudad: la Calle 72 —que también es pet friendly—, la 88 y la siempre concurrida Punta Esmeralda, donde un cenote natural desemboca en el mar turquesa.

En el extremo sur, dentro del complejo de Playacar, se pueden recorrer más de 80 vestigios arqueológicos mayas dispersos entre la vegetación, ideales para visitar a pie o en bicicleta, gracias al sistema de renta disponible en las principales esquinas de la ciudad.

Con la reciente disminución del sargazo y el retorno de los tonos azul intenso al Caribe, Playa del Carmen ha recuperado su encanto natural. Las tarifas de hospedaje, comida y transporte la convierten en una alternativa accesible frente a otros destinos más costosos del estado. Para quienes llegan desde Cancún o Tulum, los autobuses ADO ofrecen traslados directos que dejan a los pasajeros justo en la Quinta Avenida, el corazón peatonal de la ciudad.

Lejos de la imagen saturada por las noticias sensacionalistas, Playa del Carmen mantiene su autenticidad en el Casco Viejo, donde la historia y la vida cotidiana aún se entrelazan con la brisa marina. Hospedarse en alguno de los hoteles tradicionales de esta zona —como el Barrio Latino, inaugurado en 1997 y con tarifas inferiores a los mil pesos por noche— permite conocer la versión más genuina del destino.

A la hora de comer, los clásicos nunca fallan: La Tarraya, el restaurante playero fundado en 1968, sigue ofreciendo mariscos frescos y platillos locales a precios accesibles, justo frente al mar. Por la noche, la vida local se respira en sitios como Pez Vela o el bar Tropical, en la calle 6 con 10, o bien en el Mercado de la 10, donde los sabores y sonidos se mezclan con el bullicio de la comunidad. Y para cerrar la jornada, una rebanada de pizza de 30 pesos en Renzo Pizza recuerda que en Playa del Carmen aún es posible disfrutar sin derrochar.

Mientras Tulum ajusta su modelo turístico, Playa del Carmen sigue siendo el punto de equilibrio entre el Caribe de postal y la hospitalidad real. Con sus playas abiertas, precios justos y espíritu relajado, este destino invita a redescubrir lo que lo hizo famoso: la libertad de caminar desde cualquier calle hasta el mar y disfrutar sin prisas.