El proyecto del Tren Maya ha declarado por segunda vez desierta la licitación para contratar los servicios de manejo y protección de la fauna silvestre que habita en las inmediaciones de los siete tramos de la vía férrea que recorre el sureste mexicano.
En un lapso menor a tres meses, esta es la segunda ocasión en que la licitación no prospera. La primera convocatoria, lanzada en julio, no recibió propuestas que cumplieran con todos los requisitos por parte de empresas o individuos, lo que motivó una nueva publicación en agosto.
A diferencia de la vez anterior, en este segundo intento una empresa sí presentó una oferta técnica válida; sin embargo, su propuesta económica excedió el presupuesto que el proyecto del Tren Maya tiene asignado para este fin.
Documentos revisados especifican que el objetivo del contrato era implementar estrategias integrales de protección, prevención, mitigación y remediación del impacto sobre la fauna en la zona de operaciones. Esto incluye tareas de monitoreo de especies, técnicas de ahuyentamiento y rescate, así como el control de animales domésticos que pudieran transitar cerca de las vías.
La ruta del tren abarca 1,554 kilómetros a través de cinco estados: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, e incluye 34 estaciones y 14 paraderos próximos a zonas arqueológicas y reservas naturales.
Entre las especies mencionadas en los términos de referencia se encuentran felinos, monos, murciélagos, aves y reptiles. Para los jaguares y otros felinos, se exigía un seguimiento mediante telemetría, utilizando un collar con GPS para rastrear al menos un ejemplar de jaguar durante un año, en cumplimiento de las condicionantes ambientales.
El proveedor del servicio debía basarse en información histórica y científica sobre mamíferos bajo protección oficial, como pumas, ocelotes, tapires y osos hormigueros, según la NOM-059. Los informes de monitoreo debían presentarse bimestralmente, y el equipo utilizado, como collares GPS y la mitad de las cámaras, quedaría como propiedad del Tren Maya.
El plan de trabajo contemplaba el despliegue de 132 cámaras de video 4K en 66 estaciones de monitoreo, distribuidas a lo largo de los tramos. Para otras especies, como monos araña y saraguato, se planeaban censos mediante transectos y técnicas de bioacústica para murciélagos.
Las acciones de ahuyentamiento en estaciones e instalaciones incluían el uso de megáfonos y siluetas de depredadores. Los animales capturados con trampas especializadas serían reubicados en áreas autorizadas previamente por el proyecto.
Con información de El Sol de México https://tinyurl.com/htz4jz3n
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