Desde el inicio del gobierno de la Cuarta Transformación en 2018, los trabajadores formales en México han visto incrementarse significativamente sus percepciones, impulsadas por una política de alzas sostenidas al salario mínimo. Sin embargo, este periodo también se ha caracterizado por una desaceleración casi total en la creación de nuevos puestos de trabajo remunerado, según revelan las cifras oficiales más recientes.
Un mercado laboral con crecimiento mínimo
De acuerdo con las Mediciones Trimestrales del Inegi, al cierre del primer semestre de 2025 el país registró 39.7 millones de puestos remunerados. Esta cifra representa un aumento de apenas el 0.72% en comparación con el mismo periodo de 2018, evidenciando un estancamiento en la generación de plazas. En contraste, la masa salarial total pagada a los trabajadores formales entre enero y junio de 2025 ascendió a 9,780 millones de pesos, lo que implica un crecimiento robusto del 72.9% frente a los 5,650 millones de pesos registrados en el primer semestre de 2018.
La marcha ascendente del salario mínimo
El motor detrás del aumento en las remuneraciones totales ha sido la política de incrementos consecutivos al salario mínimo. Partiendo de 88 pesos diarios en 2018, la percepción mínima por ley ha tenido ajustes anuales de dos dígitos, escalando hasta los 248.93 pesos en 2024. La proyección para 2026 la sitúa en 315.04 pesos diarios, consolidando ocho años de alzas ininterrumpidas con el objetivo declarado de recuperar el poder adquisitivo y combatir la pobreza.
Una radiografía que revela polarización
Los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) pintan un panorama preocupante sobre la distribución de estos ingresos. Mientras que el número de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo se disparó de 4.54 millones a 16.22 millones entre diciembre de 2018 y junio de 2025, todos los estratos de ingresos superiores se han contraído dramáticamente.
La categoría de quienes perciben más de uno y hasta dos salarios mínimos creció moderadamente, de 11.78 a 14.61 millones. En cambio, los grupos con mejores remuneraciones han visto una reducción drástica: los que ganan más de dos y hasta tres salarios mínimos cayeron de 8.04 a 2.74 millones; los que reciben más de tres y hasta cinco bajaron de 5.13 millones a menos de 888 mil; y el estrato de más de cinco salarios mínimos se desplomó de 1.7 millones a apenas 291 mil personas.
El desafío: ingresos altos sin oportunidades
Esta redistribución estadística señala un fenómeno claro: el mercado laboral mexicano ha elevado el piso salarial, pero al mismo tiempo ha reducido las oportunidades para acceder a empleos con remuneraciones medias y altas. El resultado es una concentración mayor de trabajadores en los escalones inferiores de ingresos, lo que plantea un desafío complejo para la política económica: cómo sostener el poder de compra sin dinamizar la creación de empleos de mayor calidad y mejor pagados.

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Con información de La Jornada https://oncenoticias.digital/nacional/fgr-investiga-explosion-en-michoacan-por-delincuencia-organizada/538203/