La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente este viernes la existencia de una hambruna en la gobernación de Gaza, confirmando meses de alertas previas. El anuncio, realizado por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), un organismo independiente de la ONU, advierte que más de 500,000 personas se enfrentan a condiciones “catastróficas”, el nivel más alto de penuria alimentaria, caracterizado por la inanición y la muerte. El informe proyecta que esta hambruna se extenderá a las zonas de Deir al Balah y Jan Yunis antes de finales de septiembre, afectando a dos tercios de la población de Gaza.
La declaración fue recibida con un inmediato rechazo por parte de Israel. El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí calificó el informe de “mentiroso y parcial”, argumentando que no tiene en cuenta los esfuerzos recientes para “estabilizar la situación humanitaria”. La agencia COGAT, del ministerio de Defensa israelí, respaldó esta postura.

Altos funcionarios de la ONU respondieron con duras críticas. El director de Asuntos Humanitarios, Tom Fletcher, acusó a Israel de una “obstrucción sistemática” que hizo evitable esta crisis, afirmando que “esta hambruna nos atormentará a todos”. Por su parte, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, declaró que “es un crimen de guerra utilizar el hambre con fines militares”. El secretario general, António Guterres, hizo un llamado a un “alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes y un acceso humanitario total”.
El contexto militar y político se mantiene extremadamente tenso. Mientras la ONU pedía el cese de las hostilidades, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, amenazó con destruir Ciudad de Gaza si Hamas no acepta las condiciones de Israel: desarme, liberación de todos los rehenes y fin de la guerra. Esta advertencia se produce a pesar de que el primer ministro Benjamin Netanyahu autorizó “negociaciones inmediatas” para la liberación de los cautivos.
Hamas habría aceptado un proyecto de acuerdo que prevé una tregua de 60 días y la liberación de rehenes en dos etapas a cambio de cientos de prisioneros palestinos. Sin embargo, Israel insiste en una liberación simultánea de todos los rehenes. La situación humanitaria en el terreno es desesperada, con escenas de civiles desesperados abalanzándose sobre las distribuciones de ayuda alimentaria.
La guerra, desatada tras el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023 que dejó 1,219 muertos israelíes, ha tenido un costo devastador en Gaza. Según el Ministerio de Salud de Gaza, cuyas cifras son consideradas fiables por la ONU, las represalias israelíes han causado 62,192 fallecidos, en su mayoría civiles. Israel controla aproximadamente el 75% del territorio y continúa intensificando su presión militar, habiendo autorizado recientemente la movilización de unos 60,000 reservistas para una operación en Ciudad de Gaza.
Con información de La Jornada https://tinyurl.com/24ya6ude
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