Las abejas, inteligencia en el aire

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Las abejas no solamente son capaces de obtener néctar de las flores, también pueden ser entrenadas para obtener comida de otros lugares.

Un estudio publicado en 2016 por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres, en Reino Unido, demostró que pueden aplicar ciertos trucos para hacerlo.

Los científicos aplicaron un experimento que a menudo es usado en monos y aves para medir su inteligencia, y descubrieron que las abejas son capaces de aprender que jalar una cuerda les haría obtener una recompensa.

Durante el experimento se colocaron tres flores azules artificiales unidas cada una a una cuerda y éstas se colocaron debajo de una pequeña mesa. Posteriormente se les entrenó que, al jalarlas, recibirían agua azucarada.

Una vez adiestradas, sirvieron como modelo para que otro grupo de abejas las observara y aprendiera imitándolas: el 60% de ellas adquirió la habilidad.

“Los insectos sociales utilizan mecanismos simples para lograr muchos comportamientos aparentemente complejos y, por lo tanto, pueden proporcionar un recurso único para descubrir los elementos cognitivos básicos necesarios para la cultura”, mencionan los científicos en su investigación.

La situación es similar a lo que ocurre en América del Norte, ya que de 1971 a 2006 alrededor de siete especies de abejorros bajaron y tres fueron en aumento (Bombus bimaculatus, B. impatiens y B. rufocinctus) en el sur de Ontario (Canadá).

Los investigadores consideran que la razón por la que algunas especies subieron sus números es una mayor tolerancia a los pesticidas.

Insectos: Beneficios ecológicos
Sin embargo, no son las únicas especies que hacen una labor fundamental y que están en peligro. Los escarabajos peloteros, por ejemplo, ayudan a reciclar materiales orgánicos para mantener la fertilidad del suelo.

Este orden comprende tres grupos principales: rodillos (Scarabaeinae), tuneleros (Geotrupidae y la mayoría de Scarabaeidae) y afodinos (Aphodiinae).

Estos insectos desmantelan los excrementos de animales grandes, como vacas o elefantes, y mueven el estiércol por tierra o por túneles subterráneos para resguardarlo y alimentarse de él, o usarlo como nido para colocar sus huevos.

Esto tiene distintos beneficios ecológicos, como:

  • Fertilización del suelo.
  • Eliminación de moscas y parásitos que se producen en las heces.
  • Dispersión de semillas que se combinan con el estiércol y terminan siendo movidas por los escarabajos; eso ayuda a su vez a que estén protegidas de depredadores y de condiciones ambientales extremas.
  • Una característica que hace aún más especial a los escarabajos peloteros es que usan la Vía Láctea para orientarse mientras trasladan en línea recta las bolas de excremento.

Aunque en general la media es de 41% en otras especies, en ellos el porcentaje de disminución aumenta hasta 70 u 80%, dependiendo de la zona. Esto se debe, de acuerdo con Sánchez Bayo, a que se ha cambiado la manera en que se hace la ganadería:

«AL METER A LOS ANIMALES A ESTABLOS EN LUGAR DE DEJARLOS PASTAR AL AIRE LIBRE, Y AL USAR EL EXCREMENTO PARA HACER ABONO O FERTILIZANTES PARA LOS CULTIVOS, LOS ESCARABAJOS YA NO TIENEN ACCESO A LAS HECES.»

Esto ha hecho que desaparezcan poco a poco, ya que no cuentan con su materia prima para alimentarse y reproducirse.

A esto se suma el uso desmedido de farmacéuticos o productos antiparásitos en el ganado, sustancias que se quedan en las heces y los matan cuando se alimentan del estiércol.

Esta consecuencia en cadena también sucede al reves, ya que hay insectos que no se alimentan de los desechos de otros, sino que sirven como alimento. Esto pasa con muchas especies de vertebrados que se alimentan de insectos, como pájaros, anfibios, peces y murciélagos.

Incluso, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha resaltado las propiedades nutricionales que tienen para los seres humanos.

Esta práctica, conocida como entomofagia, se realiza en muchos países, principalmente en regiones de África, Asia y América Latina, sumando alrededor de dos millones de personas en todo el mundo.

A pesar de la gran cantidad de individuos que los comen, no significa una actividad que pueda tener impacto en las poblaciones de insectos a nivel mundial, debido a que la mayoría son considerados plagas.

Con información de Muy Interesante.