Muere niña de tres años atropellada frente a sus padres en Tulum

Por Héctor Valdéz

La corrupción ha vuelto a cobrar una víctima mortal. Esta vez la tragedia fue mayúscula: una bebé de tan sólo 3 años de edad murió aplastada por las ruedas de una enorme revolvedora de concreto que nada tenía que hacer en la zona pero que -como docenas similares- entran diariamente a la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, con el visto bueno de las autoridades Municipales, Estatales y Federales.

El golpe ha sido un mazazo para los jóvenes padres, ingleses ambos, que muy seguramente nunca volverán ha reponerse de la tragedia de haber perdido a su única hija.

La pareja soñó durante mucho tiempo con unas vacaciones ideales en el paraíso que se han convertido en un infierno, mismo que comenzaron a sufrir desde su llegada; apenas unos días atrás que se alojaron en una de los más exclusivas instalaciones: Hotel Alaya, donde por estos días se celebra un elitista festival de cultura, “Art With Me” en medio de un olor a aguas negras y sargazo.

Los hoteleros tienen un alto grado de culpabilidad en la tragedia; igual que las omisas y cómplices autoridades.

Prácticamente todos los empresarios de la zona, en su voracidad, han construido -u ocupado con negocios- al borde mismo de la carretera y no han dejado espacio ni siquiera para los peatones. Los ciclistas tienen que sortear cientos de vehículos de todo tipo, incluidas las enormes revolvedoras de concreto que supuestamente están prohibidas para su ingreso a esa zona costera y sobre todo a la Reserva de la Biosfera a donde sin embargo dirigen todos los días cientos de metros cúbicos de cemento.

Craig y Gurpreed, ambos ingleses aunque ella con orígenes en la India, iba cada uno en bicicleta de renta y la madre llevaba a su pequeña sujeta en una canastilla de la que sin embargo la bebé resbaló… justo cuando el descomunal camión pasaba a su lado: la bebé murió instantáneamente prácticamente desecha por las llantas traseras de la revolvedora.

El angosto camino Tulum Boca-Paila se vio cerrado desde poco antes de las 5 de la tarde hasta pasadas las 7 de la noche en que finalmente pudo reanudarse el tránsito vehicular luego de que peritos de Tránsito y de la Fiscalía General del Estado procedieran a las investigaciones iniciales para deslindar responsabilidades lo mismo que para el levantamiento del pequeño cuerpecito.

Los padres estaban y están conmocionados, lo mismo que los pocos turistas que se acercaron al lugar de la tragedia que fue rápidamente acordonado por la Policía que de inmediato impidió que otros se acercaran, incluso los medios de comunicación a los que trataron de mantener alejados.

El cobarde conductor del camión huyó de la escena del accidente y en la compañía “MX Concretos”, propietarios de la maquinaria homicida, hasta el momento no han respondido acerca de la identidad del chofer ni de los permisos que debieron tener para ingresar a esa zona restringida. Ingreso que por supuesto hacían diariamente con el consentimiento -o al menos la omisión- de las propias autoridades que ahora investigan esos porqués y esa tragedia completamente irracional que nunca debió ocurrir: una de muchas factibles en una zona que se ha vuelto una bomba de tiempo por las dificultades de tránsito, lo angosto del camino, la falta de estacionamientos, las construcciones desordenadas y la entrada de todo tipo de maquinaria y camiones pesados en medio de turistas que buscan una tranquilidad que en Tulum no han de encontrar ya.

Con información de Tulum en Red.

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