Defensas para mujeres periodistas que sufren acoso sexual en el trabajo

El movimiento #MeTooPeriodistasMexicanos puso sobre la mesa el tema del acoso y hostigamiento sexual en las redacciones.

A finales de marzo, la cuenta de Twitter @periodistasPUM, de la organización Periodistas Unidas Mexicanas, publicó 120 denuncias de violencia de género que involucran a reporteros, editores, fotógrafos, columnistas y directivos de diversos medios de comunicación en México.

Este alud de denuncias puso al descubierto algo que un par de encuestas realizadas, una en 2014 y otra en 2018, ya dejaban entrever. La Fundación Internacional de Mujeres en los Medios consultó a más de mi 500 mujeres alrededor del mundo: 64.8% dijeron que habían sido acosadas en sus redacciones y la mayoría no reportó el incidente.

¿Qué hacer si eres víctima de acoso u hostigamiento sexual en tu redacción? ¿En qué momento debes actuar? ¿Qué cuidados debes tener? ¿Cómo definir tu estrategia para enfrentar al agresor? ¿Qué puedes hacer contra la empresa que tolera el abuso?

Las abogadas Andrea Medina Rosas y Alejandra Sánchez Guzmán ofrecen sus sugerencias acerca de cómo manejar la intimidación, amenazas y abuso en la redacción.

Ambas abogadas integraron la demanda de Eloísa Farrera, ex editora de la sección internacional de Reforma, presentada ante la Junta de Conciliación y Arbitraje contra el medio de comunicación por tolerar el hostigamiento sexual. Esta fue la primera demanda de su tipo admitida ante la Junta.

Estas son sus recomendaciones:

-La violencia no es normal. El primer reto cuando hablamos de violencia de género es reconocer y aceptar el abuso en la relación de trabajo, que puede representarse a través de insultos, intimidaciones, sobrecarga de trabajo, dificultad para crecer profesionalmente, discriminación e inequidad salarial, acoso y hostigamiento sexual, hasta amenazas de muerte.

-Acoso vs hostigamiento sexual. Antes de actuar, debes distinguir a qué tipo de conducta te enfrentas. El hostigamiento sexual, según la ley, es el ejercicio de poder que se expresa con conductas verbales o físicas relacionadas con la sexualidad, en una relación de subordinación de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral. Por otra parte, en el acoso también hay un ejercicio abusivo de poder que pone en riesgo a la víctima, pero no existe subordinación laboral.

-Haz una bitácora de agresiones. Una vez que reconoces el patrón de tu agresor, el siguiente paso es empezar a recopilar un registro escrito de las agresiones. En ocasiones, los agresores realizan el hostigamiento a través de mensajes y correos. Anota la descripción de cada hecho, la hora, fecha, lugar y circunstancia en que se dio. Toda la información podrá ser de utilidad si decides enfrentar al acosador o si emprendes acciones legales.

-Identifica a los testigos. Aunque el acoso y el hostigamiento rara vez se dan en presencia de terceros, si hubo testigos no olvides agregar sus nombres a la bitácora. También puedes buscar otras víctimas: en la mayoría de los casos los agresores suelen reproducir los patrones de violencia con otras mujeres en situación vulnerable que podrían ser tus aliadas si decides denunciar.

-Crea una red de apoyo. Con frecuencia las mujeres no denuncian el acoso y el hostigamiento sexual por miedo a represalias, por la sensación de vulnerabilidad, por vergüenza o por temor de que hacerlo pueda afectar su carrera profesional. Es importante crear una red de apoyo con compañeros de trabajo, especialistas en el tema y organizaciones defensoras de los derechos de la mujer que ayuden a que te sientas segura en la redacción y a evitar encontrarte a solas con tu agresor.

-Reúne pruebas. A diferencia de otros delitos en los que el acto es más fácil de probar, el acoso y el hostigamiento son considerados delitos de realización oculta por lo que el eje central es el dicho de la víctima, el cual se pone a prueba con las circunstancias en torno a la agresión. Por ejemplo, podría ser de gran utilidad demostrar que estuviste el día de la agresión en el lugar donde ocurrió el percance o que existía una relación laboral entre el atacante y la víctima.

-Investiga si la redacción tiene un protocolo de actuación. Antes de dar un paso adelante, averigua si la empresa donde trabajas tiene una política para enfrentar los casos de acoso y hostigamiento. Si es así, puedes presentar un reporte sustentado en tu bitácora de agresiones y pruebas recabadas. No descartes llevar un testigo que observe la actitud y comportamiento de tus superiores cuando presentes el reporte.

-Deja todo por escrito. Si tu redacción no cuenta con un sistema para denunciar la violencia, las expertas sugieren presentar un reporte ante el comité de ética, el superior inmediato y/o el jefe de recursos humanos. Si decides dar este paso es muy importante que no lo hagas sola y que cualquier comunicación se registre por escrito pues en este tipo de casos la empresa buscará que todas las comunicaciones sean verbales para que no quede registro de tu reporte. Si la oficina o tu jefe ante quien estás reportando no te entregan un oficio escrito que asiente la recepción de tu reporte, redacta el oficio y dáselos para que te lo firmen. En caso de que no quieran hacerlo, puedes mandarlo a su correo electrónico y así probar que agotaste todas las instancias dentro de la empresa. Si decides denunciar, cualquier comunicación con la empresa será de gran utilidad para demostrar la falta de respuesta y omisiones en la investigación. Una negativa puede servir como evidencia.

-Mantén el anonimato. En la mayoría de las ocasiones cuando la víctima se acerca a sus jefes para reportar la agresión suele enfrentar una campaña de desprestigio. Para evitarlo, puedes solicitarles que en todo momento se respete la confidencialidad de tu caso.

-Define tu estrategia. Si el reporte en la redacción no tuvo resultado, es momento de reflexionar si estás lista para seguir adelante y llevar tu caso a las instancias judiciales o laborales. En esta etapa es importante que reconozcas tus miedos para definir las medidas de protección que necesitas poner en pie para sentirte segura. Si tienes miedo a que te despidan, entonces tu estrategia tendrá que enfocarse en buscar otro empleo.

-Elige un camino. El siguiente paso dependerá de tu objetivo: denunciar a tu agresor ante el Ministerio Público o interponer una denuncia en la Junta de Conciliación y Arbitraje contra la empresa que ha tolerado actos de acoso y hostigamiento en un contexto discriminatorio. Las dos opciones implican una gran inversión de tiempo y recursos. Debes prepararte para enfrentar represalias en tu contra.

-La denuncia penal. Toda la acción recaerá contra el agresor y de acuerdo con las expertas, el proceso legal es muy desgastante; deberás pasar por el proceso de probar que hubo hostigamiento o acoso. Debes armarte de paciencia y estar consciente de que el resultado no necesariamente será a tu favor. Prepárate para todo, para que tus condiciones laborales no mejoren o incluso para perder tu empleo. Al presentar una denuncia penal contra el agresor, la empresa se deslindará y todo quedará entre el agresor y la víctima hasta que se dicte una sentencia.

-La conciliación. La ley federal del Trabajo no solo prohíbe a los empleadores y trabajadores ejercer cualquier acto de violencia, también sanciona al patrón que tolera estas conductas. De acuerdo con la norma laboral, el agresor debe ser removido de su cargo. Sin embargo, para llegar a la Junta de Conciliación y Arbitraje debes mostrar que reportaste tu caso en la empresa y que ésta no hizo nada por investigar y despedir al agresor.

-Sanción. Mientras que el procedimiento penal que, en el mejor de los casos, sanciona con una multa o prisión al agresor, la demanda laboral busca llegar a una conciliación entre las partes y cuando esto no sucede, queda en manos de la Junta de Conciliación dictar un laudo tras evaluar todas las pruebas. Si se comprueba, por ejemplo, que la empresa toleró la agresión, ésta deberá cubrir una multa entre 25 mil y 513 mil pesos.

-Echa un vistazo a las leyes. La Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia y la Ley federal del trabajo definen el acoso y hostigamiento sexual. Por su parte, la norma mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación establece las políticas y prácticas que deben cumplir los centros de trabajo para garantizar un ambiente libre de discriminación y prevenir y atender la violencia laboral.

-Saber más. Consulta aquí la guía de la Secretaría del Trabajo sobre las acciones que se pueden realizar para prevenir el acoso y hostigamiento sexual en el trabajo.

Acerca de las expertas: Andrea Medina Rosas es especialista en temas de violencia contra las mujeres y ha colaborado con la “Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez”. María Alejandra Sánchez Guzmán tiene una maestría en estudios de género en el Colegio de México y un doctorado en antropología. Es especialista en temas de violencia de género, derechos humanos y derecho laboral.

Con información de Quintoelab.org

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