La menor que sufrió agresión sexual dentro de la Guarnición Militar de Cozumel el pasado sábado fue ingresada a la instalación castrense a plena vista de otros efectivos castrenses por la entrada principal, donde posteriormente fue violentada en presencia de presuntas hijas de su agresor, quienes se encontraban en una vivienda dentro del complejo habitacional.
Esta información fue proporcionada por los progenitores de la víctima durante una entrevista concedida a la comunicadora Silvia Peraza, transmitida en vivo a través de la página de Facebook Código Rojo Quintana Roo.
Si bien el militar implicado en el abuso se encuentra bajo arresto, a dos días de los hechos han emergido graves acusaciones de revictimización por parte de agentes de la Fiscalía de Quintana Roo e incluso del presidente municipal de Cozumel, José Luis Chacón Méndez, quien en lugar de enfocarse en el agresor, ha intentado atribuir responsabilidad a los padres de la niña.
Según el relato, la menor fue forzada a subir a una motocicleta por su agresor mientras se encontraba vendiendo productos aproximadamente a 500 metros al sur de la entrada principal de la Guarnición, en el centro de la isla. El militar cruzó el acceso principal con la niña, ya privada de su libertad, sin que los efectivos de vigilancia en la garita intervinieran.
La llevó hasta la unidad habitacional de la base. “Mi hija cuenta que había otras tres niñas… una de edad similar a la de ella y dos adolescentes de unos 14 o 15 años. Él se las presenta, les dice sus nombres y edades, y les pide que la traten bien… es en ese momento donde comienza a tocarla frente a ellas”, narró la madre.
Posteriormente, bajo amenazas, la sacó de la vivienda y la trasladó a una zona desolada dentro del mismo complejo militar. Tras empujarla de la motocicleta en movimiento, continuó con los abusos. En un momento, al parecer alertado por el sonido del celular de la niña (desde donde su madre la buscaba desesperadamente), decidió sacarla de la base por un acceso diferente.
La pequeña fue encontrada más tarde por una mujer en el malecón de la isla, con raspones resultantes de la caída. Finalmente, se logró el reencuentro con su madre.
Horas después, la ciudadanía de Cozumel, indignada, incendió la garita militar exigiendo la entrega del agresor. Estos eventos estuvieron acompañados de destrozos y saqueos a una tienda de la Sedena, detenciones – varias de ellas reportadas como arbitrarias – y detonaciones de arma de fuego para dispersar a la multitud durante la noche del sábado.
Revictimización Institucional
De acuerdo con la entrevista, la niña apenas llevaba tres semanas ayudando en la venta de chicharrones cerca del puesto ambulante que sus padres instalaban diariamente en el centro de Cozumel. Su madre explicó que notó su desaparición gracias al GPS del teléfono celular que la menor llevaba.
La iniciativa de la niña por emprender y ahorrar para su educación en una alcancía se vio truncada brutalmente. Sus planes familiares, que incluían inscribirla a clases de natación pese a su situación económica precaria, fueron quebrantados.
En contraste, el alcalde José Luis Chacón, en múltiples declaraciones, ha reiterado la responsabilidad de los padres por permitir que la niña estuviera sola, y sin tener competencia ministerial, aseguró la noche del sábado que la menor se encontraba bien.
La madre defiende que su condición social los obliga a trabajar en las calles y desmiente haber recibido apoyo inmediato. Incluso, fueron citados por el DIF Cozumel – dirigido por el alcalde – para el viernes siguiente “para aclarar la situación”, afirmando que Chacón les pidió que no usaran los medios de comunicación.
Respecto a la denuncia, la madre aseguró que una agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Quintana Roo la presionó para declarar que conocían al agresor, cuando, según ella, nunca lo habían visto. La detención de Jairo “N” se dio a conocer el domingo después de las 13:00 horas; casi a la misma hora, la madre era presionada para señalar a una persona con ese nombre específico para lograr la orden de aprehensión.
“La ministerio público puso en el acta que mi hija conocía al agresor, e incluso escribió su nombre. ¿Cómo es posible que ella supiera el nombre?”, cuestionó la madre sobre la redacción de la denuncia.
Este lunes, Raciel López Salazar, fiscal general de Quintana Roo, durante su informe tradicional con la Mesa de Seguridad, omitió abordar por completo este caso.
Con información de Proceso https://tinyurl.com/7vvt9xww
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