Camarones ciegos y su lucha por la vida

Científicos de la UNAM estudian a los camarones ciegos y su lucha por la vida

Un grupo de científicos de la Unidad MuItidisciplinaria de Docencia e Investigación (UMDI), de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, investigaron los camarones de cueva y descubrieron que se distribuyen y alimentan de diferentes fuentes.

Efraín Chávez Solís, estudiante de doctorado en Ciencias Biológicas, y sus colegas, analizaron a los pequeños crustáceos que viven en los cenotes de Yucatán y Quintana Roo, los cuales contribuyen a mantener viable el agua en su ecosistema.

En Sisal, Yucatán, explicó Chávez, encontraron que las tres especies que estudiaron, del género Typhlatya, se distribuyen de diferente manera en el cenote y la cueva.

“Una está justo en el cenote, donde hay influencia solar; otra está en la caverna, sitio de transición entre el cenote y la cueva; mientras que una tercera está cueva adentro. Las especies cercanas al cenote son dulceacuícolas, y la que está cueva adentro está en el agua salada”, añadió.

El investigador precisó que esto es posible porque los sistemas están estratificados verticalmente. Cuando cae el agua de lluvia se filtra por la roca y se asienta sobre una capa de agua salada que está abajo y entra desde la costa.

Como no hay fricción, estas capas de agua no se mezclan y permanecen separadas. Esa división de las especies en estratos de agua dulce y salada fue la primera aportación del trabajo.

Para la segunda, los científicos utilizaron isótopos estables y radiocarbono para poder determinar cómo son las fuentes alimenticias de estas tres especies.

“Hicimos un análisis en el agua y en los sedimentos y lo repetimos en los camarones. Encontramos que las tres especies se diferencian muy sutilmente en su alimentación”, señaló.

Los camarones ciegos en su lucha por la vida realizan un proceso de quimiosíntesis para alimentarse y, mientras que las especies que están en el cenote y la caverna se alimentan de algas fotosintéticas, la segunda y la tercera que viven en la cueva de agua salada se nutren de bacterias quimiosintéticas, abundó el biólogo.

“No puede haber dos especies que compartan el mismo espacio y se alimenten de los mismos recursos naturales, porque la competencia sería tal que sólo una especie podría sobrevivir. Esa es la importancia de la repartición de nichos”, explicó.

Agregó que en junio de este año, junto con sus colegas, publicaron en la revista Scientific Reports cómo estos camarones se distribuyen y se alimentan de diferentes fuentes dentro de la cueva o en la cercanía del cenote.

Algo fundamental para mantener el delicado equilibrio de estas especies es la conservación de los cenotes y cuevas, los cuales se deben mantener fuera de la contaminación para que estén saludables este ecosistema y sus habitantes.

Con información de Gaceta Unam https://www.unam.mx/

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