El FMI lanza un SOS: ofrece un crédito de 1 billón de dólares y pide coordinación internacional

El organismo reclama un paquete de estímulo fiscal para evitar «quiebras en cascada y despidos masivos» devido al coronavirus.

El FMI tiene preparado un crédito de 1 billón de dólares para tratar combatir los duros efectos que dejará la pandemia del coronavirus en la economía mundial. En un artículo publicado hoy por su directora gerente, Kristalina Georgieva, en su blog, el organismo asegura que «está listo para movilizar su capacidad de préstamo de 1 billón de dólares» para ayudar en la lucha contra la crisis económica y sanitaria que afronta el planeta. Como primera línea de defensa, el FMI pondrá en marcha un sistema de desembolsos «rápidos y flexibles» para aquellos países con más urgencia financiera. Esto puede traducirse, según cálculos del organismo, en unos 50.000 millones de dólares a países emergentes, y otros 10.000 millones de dólares para los países con bajos ingresos, todo ello «a tasas de interés cero».

Pero, en esta ocasión, la lluvia de dinero no parece suficiente para evitar el desastre. Máxime cuando muchos países en Europa acceden a la financiación gratis en los mercados. Por eso, el organismo hace también un llamamiento a los gobiernos y entidades financieras de todo el mundo para que unan esfuerzos y coordinen sus acciones. «Si bien la cuarentena y el distanciamiento social son la receta correcta para combatir el impacto en la salud pública del Covid-19, para asegura la economía global se necesita exactamente lo contrario», asevera Georgieva, para solicitar el «contacto constante y coordinación estrecha» como «medicina» para que «dolor inflingido por el virus sea de corta duración».

Con la financiación rápida y barata, el FMI busca dar apoyo a sus 189 países asociados y «demostrar el valor de cooperación internacional». «Nuestras respuestas a esta crisis no vendrán de un método, una región o un país de forma aislada. Solo a través del intercambio, la coordinación y la cooperación podremos estabilizar la economía mundial y devolverlo a la salud plena», dice Georgieva.

Quiebras en cascada

La economista búlgara, que llegó al cargo el pasado mes de octubre, pide a los gobiernos una respuesta triple: fiscal, de política monetaria y de supervión y regulación. En el ámbito fiscal, Georgieva alerta de que serán necesario un estímulo fiscal adicional si se quiere evitar «un daño duradero en la economía». Porque, asegura, hasta el momento los gobiernos han anunciado medidas para ampliar los gastos relacionados con el impacto sanitario de la emergencia, lo que ralentizará el ritmo de contagio. Pero hace falta más: «Los gobiernos deben continuar y ampliar estos esfuerzos para llegar a las personas más afectadas, pero también a las empresas», para lo que reclama un «aumento de la baja por enfermedad» y «una rebaja de impuestos específica».

Georgieva es tajante: «A mediada que aumentan los positivos, la necesidad de un estímulo fiscal global coordinado y sincronizado es urgente». Como ejemplo, el organismo asegura que solo en 2009, durante la crisis financiera global, el estímulo fiscal anunciado por el G20 ascendió al 2% PIB mundial, lo que actualmente serían 900.000 millones de dólares. «Hay mucho trabajo por hacer», reconoce Georgieva.

En el documento de recomendaciones que acompaña la carta de la directora gerente, el Fondo concreta que los gobiernos deben poner en marcha subsidios salariales para las empresas afectadas por los cierres para contener la pandemia, lo que «puede ayudar a evitar quiebras en cascada y despidos masivos» que tendrán «efectos duraderos para la recuperación futura» y un impacto negativo en la demanda. Además, el FMI recuerda que las «transferencias de efectivo a hogares de bajos ingresos» pueden apoyar el consumo y preservar los niveles mínimos de vida en un momento de fuerte crisis como la actual.

Fuga de capitales en los emergentes

En el plano monetario, el organismo insta a seguir con las iniciativas puestas en marcha hasta el momento y pone de ejemplo el recorte de tipos anunciado ayer domingo por la Reserva Federal de los Estados Unidos, hasta el 0%, y que irá acompañada, según explicó su presidente, Jerome Powell, por una inyeción de 700.000 millones de dólares (625.000 millones de euros) a la economía. También destaca el esfuerzo de coordinación en las medidas anunciadas ayer, y a las que se unieron el resto de bancos centrales, sobre la flexibilización monetaria y la apertura de las llamadas “líneas swap”, para favorecer el intercambio de divisas, y disminuir así las tensiones del mercado financiero mundial.

No obstante, recomienda no perder de vista instrumentos de política monetaria que funcionaron durante la anterior crisis y ampliar estos canales de intercambios de divisas a los países emergentes en un futuro. Porque el riesgo de contagio financiero a estos países es ahora extremo. Según recuerda la directora del FMI, los inversores han sacado 42.000 millones de dólares de los mercados emergentes desde que comenzó la crisis. «Es la mayor retirada recogida en la historia del Instituto de Finanzas Internacionales», dice Georgieva. «En los mercados emergentes, los bancos centrales deben asumir el desafío, especialmente difícil, de abordar las salidas de capital y los choques en los productos básicos».

Prueba de fuego para la banca

La última vía de actuación involucra a los supervisores del sistema financiero, a quienes Georgieva llama para «tratar de mantener el equilibrio entre preservar la estabilidad financiera, mantener la solidez del sistema bancario y la actividad económica sostenida». Ha llegado el momento de comprobar si las reformas tomadas durante la última crisis para apuntalar al sistema financiera fueron suficientes y se orientaron en la buena dirección. Y así lo reconoce la máxima autoridad del FMI: «Esta crisis pondrá a prueba si los cambios realizados a raíz de la crisis financiera cumplen su propósito». Para luego pedir a los bancos que sean flexibles, utilicen sus colchones de capital y renegocien los préstamos a las empresas y personas afectadas por la crisis sanitaria.

«Todo este trabajo será más efectivo si lo hacemos de manera coordinada», concluye Gerorgieva, que asegura además que una investigación de los técnicos del FMI revela que los aumentos de gasto «tienen un efecto multiplicador cuando los países actúan juntos».

Con información de ABC.es

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