Recuerdos, señales y la partida de Vicente Rojo

Recuerdos, señales y la partida de Vicente Rojo.

La comunidad artística y cultural lamenta el fallecimiento de este gran artista.

Vicente Rojo Almazán nació el 15 de marzo de 1932 en Barcelona, España, donde realizó sus primeros estudios de escultura y cerámica. En 1949 llegó a México a los 17 años, para reunirse con su padre, después de una década. Conocía a México a través del cine y la música. Pese a su difícil situación económica, percibió que había “arribado a un lugar que lo abrazaría” y se enamoró de la luminosidad mexicana.

Tras llegar a nuestro país se inscribió en la Escuela de Artes Plásticas (actual Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda del INBAL), la cual abandonó para trabajar como asistente del pintor Miguel Prieto en la oficina de Ediciones del INBAL.

El escritor Fernando Benítez lo describió como pálido y silencioso, lo integró al suplemento México en la Cultura, otra influencia importante fue la del pintor Arturo Souto, quien le mostró el color y le recomendó conocer la disciplina pictórica.

Sin dejar de lado la pintura, trabajó en la icónica Imprenta Madero y en la Revista de la Universidad de México, entre otras publicaciones reconocidas por su calidad editorial y de vanguardia crítica.

Además, contribuyó al fortalecimiento de la industria editorial mexicana, en la cual hizo escuela y fue fundador de suplementos culturales y casas editoras. Como editor de Era, Vicente Rojo fue uno de los primeros lectores de Aura, La noche, Narda o el verano, La obediencia nocturna, Hasta no verte Jesús mío, Días de guardar o El apando, entre otros títulos de reconocidos autores.

Cuando la Universidad Iberoamericana le otorgó el doctorado honoris causa, expresó: “El diseño es un canto capaz de atraer a su destinatario, a su lector, si es un libro, una revista o un catálogo, o a un espectador, si se trata de un cartel para una exposición o una película; es decir, una tarea de ninguna manera menor que me ha permitido tener los pies en la tierra y, desde mi timidez de antaño, comunicarme con los demás”.

Rojo fue uno de los artistas más importantes del abstraccionismo en México, adscrito a la Generación de la Ruptura, aunque él consideraba que el movimiento era “más bien de continuidad”. Su pintura se divide, principalmente, en cinco temas principales: Señales, Negaciones, Recuerdos, México bajo la lluvia y Escenarios.

A partir de 1980 comenzó a alternar la pintura con la escultura para enriquecer su trabajo, en cuyo centro alentó la necesidad de reflejar, “como en un juego de espejos, dos soledades: la del creador y la del posible espectador”.

Entre las últimas creaciones que realizó destacan proyectos de obra pública y privada, entre ellos el vitral iluminado del edificio del Monte de Piedad, el cual le significó un desafío, porque no había trabajado con anterioridad la técnica vitralística. También, el monumental jardín urbano ubicado en el Antiguo Hostal de Santo Tomás de Villanueva, posteriormente Hotel de Cortés, que fue remodelado para fundar el Museo Kaluz de Arte Mexicano, y el Memorial de Octavio Paz, que consiste en dos esculturas ubicadas en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Algunos de los reconocimientos que obtuvo son el Premio Nacional de Ciencias y Artes (México,1991), el Premio México de Diseño (1991) y la Medalla al Mérito en las Bellas Artes (España, 1993). En 1992, la Asociación Internacional Icograda lo distinguió con el Premio de Excelencia en Diseño Gráfico. Al año siguiente fue designado Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte, y en 1994, miembro de El Colegio Nacional. En 1998, la UNAM le confirió el doctorado honoris causa.

El gobierno español le otorgó en 2006 la Condecoración de la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica. En 2012 le fue entregado el reconocimiento Compromiso con la Cultura, en el marco de la Feria Nacional del Libro de León, Guanajuato; la Presa FIC del Festival Internacional Cervantino, y la Medalla José Guadalupe Posada en la Bienal Internacional del Cartel en México. El Gobierno de la Ciudad de México le otorgó la Medalla al Mérito Cultural Carlos Monsiváis por su trayectoria.

En 2019, Vicente Rojo fue uno de los artistas cuya obra formó parte de la exposición De lo Perdido, lo que aparezca. 33 visiones de la pintura en México, integrada por obras plásticas que constituían el acervo artístico de la entonces Residencia Oficial de Los Pinos, realizadas en 1993 por encomienda presidencial. Esta colección incluye cuadros de artistas como Francisco Toledo, Juan Soriano, Manuel Felguérez y Beatriz Ezbán, entre otros.

El pasado 15 de marzo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le rindió homenaje por la celebración de su 89 aniversario, quien además es reconocido como un destacado contribuyente del Programa Pago en Especie desde 1976.

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Con información de Cultura https://www.gob.mx/cultura/

Vicente Rojo
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