Por: Ana Valeria Izozorbe
En las profundidades de la selva maya, un sonido ancestral resuena entre ceibas y templos: es el Mayapax, un legado musical que ha sobrevivido guerras, siglos y fronteras culturales. Hoy, este canto a la resistencia y a la espiritualidad maya es oficialmente Patrimonio Cultural Inmaterial del estado de Quintana Roo, una distinción que no solo celebra su importancia histórica, sino que también garantiza su preservación para las futuras generaciones.
Declarado patrimonio en 2016 durante el Séptimo Coloquio Internacional sobre Patrimonio Inmaterial, el Mayapax —que en lengua maya significa literalmente “música de paz”— es mucho más que un conjunto de sonidos. Es una expresión espiritual que fusiona tambores, violines y tarolas, interpretados en contextos rituales, fiestas patronales y ceremonias religiosas en comunidades como Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Tulum.
Originado durante la Guerra de Castas (1847-1901), el Mayapax sirvió como un canto de resistencia para los mayas macehuales. Lejos de ser únicamente una tradición musical, se convirtió en una forma de lucha simbólica, invocando protección divina a través del ritmo y el movimiento. A día de hoy, su interpretación continúa teniendo una dimensión sagrada: se baila con devoción, se escucha con respeto y, en ocasiones, se canta en maya, como una oración viva.
“Cuando suena el Mayapax, no solo se escucha música: se percibe el eco de los antiguos, la memoria viva de un pueblo que resiste a través de su sonido.”
La inscripción de esta manifestación cultural como patrimonio inmaterial no solo significa un reconocimiento oficial, sino una oportunidad para diseñar políticas públicas orientadas a su protección y difusión. Proyectos comunitarios, talleres intergeneracionales y festivales culturales se han activado desde entonces, impulsando un renacimiento de la música ritual entre las nuevas generaciones mayas.
Mientras en Cancún se desarrollan grandes eventos internacionales y en Tulum florecen los centros turísticos, en el corazón de la península el eco del Mayapax sigue resonando. Sus notas, tejidas con historia y espiritualidad, nos recuerdan que la identidad maya no solo vive en las piedras de sus templos, sino también en cada acorde que se alza al cielo desde la selva.
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— De Luna Noticias (@DeLunaNoticias1) May 7, 2025