El cometa interestelar 3I/ATLAS alcanza este jueves su punto de máxima aproximación a la Tierra, a unos 270 millones de kilómetros (1.8 unidades astronómicas). Este objeto, detectado por los sistemas de la NASA, constituye el tercer visitante interestelar confirmado en nuestro Sistema Solar y ofrece a la comunidad científica internacional una oportunidad excepcional para estudiar la composición de cuerpos formados alrededor de otra estrella.
Un viajero de otro sistema estelar
Según la NASA, 3I/ATLAS no es un cometa común, sino apenas el tercer objeto interestelar detectado cruzando nuestro Sistema Solar. Esto significa que se originó y formó alrededor de una estrella distinta al Sol. Los astrónomos teorizan que fue expulsado de su sistema planetario original tras una fuerte interacción gravitatoria con un planeta gigante, iniciando un viaje de millones de años por la galaxia que culmina con este acercamiento histórico.
Lo que hace especial a este evento no es solo la distancia de su máximo acercamiento, sino su procedencia. Al estar compuesto de materiales formados en otro sistema estelar, el cometa es esencialmente un fragmento de un universo lejano. Los científicos estudiarán intensivamente su composición química y comportamiento dinámico, comparándolo con los cometas nativos de nuestro sistema, para descifrar los procesos de formación y evolución de estos viajeros cósmicos.
Composición distinta y oportunidades de observación
Las primeras observaciones realizadas por los astrónomos indican que 3I/ATLAS contiene grandes cantidades de hielo de dióxido de carbono, una composición que difiere de la de muchos cometas locales. Analizar estas diferencias es crucial para ampliar el conocimiento sobre cómo se forman los planetas y los cuerpos menores en otros entornos estelares, aportando datos comparativos inéditos.
A pesar de ser uno de los eventos astronómicos más fascinantes del año, el cometa no será visible a simple vista. Sin embargo, podrá ser observado por telescopios profesionales y también por equipos astronómicos avanzados en posesión de astrónomos aficionados, quienes colaborarán en la recolección de datos durante su breve tránsito cercano.
El paso de 3I/ATLAS representa un hito para la astronomía, al proporcionar una muestra física y observable de los procesos de formación planetaria en sistemas solares distintos al nuestro. Su estudio contribuirá a refinar los modelos sobre la dinámica galáctica y el intercambio de material entre estrellas, consolidando nuestra comprensión del cosmos.
Fuente: La Jornada
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