Pandemia amenaza con agravar uso y tráfico de drogas

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El desempleo y la reducción de oportunidades de trabajo como parte de los efectos de la pandemia por la Covid-19 podrían recrudecer los riesgos que traen consigo las drogas, principalmente en las personas más pobres dejándolas más vulnerables al uso de estupefacientes e incitándolas al tráfico y al cultivo de narcóticos para ganar dinero, alertó la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC).

La directora ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, manifestó que “los grupos vulnerables y marginados, los jóvenes, las mujeres y los pobres pagan el precio del problema mundial de las drogas. La crisis de la Covid-19 y la recesión económica amenazan con agravar aún más los peligros de los narcóticos, cuando nuestros sistemas sociales y de salud han sido llevados al límite y nuestras sociedades están luchando para hacer frente”.

De acuerdo con Noticias ONU, 269 millones de personas consumieron drogas a nivel mundial en 2018, esto es un aumento del 30 por ciento en 10 años; asimismo, más de 35 millones de individuos en todo el planeta padecen trastornos por consumo de estupefacientes.

El informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito señaló que, en 2018, la sustancia más consumida fue el cannabis, con un estimado de 192 millones de personas. No obstante, precisó que los opioides son los más dañinos, ya que en la última década la muertes por su uso aumentaron 71 por ciento, donde además se registró un incremento de consumo del 92 por ciento en las mujeres a comparación del 63 por ciento en los hombres.

A su vez, en el marco de la crisis sanitaria por el coronavirus, el documento advirtió que si los gobiernos reducen el presupuesto en programas de combate a la droga –como ocurrió ante la crisis económica de 2008–, acciones como “operaciones de cooperación internacional, la prevención de su consumo, los servicios de tratamiento de narcóticos, la provisión de naloxona para el manejo y la reversión de la sobredosis de opioides”, podrían verse afectadas, facilitando la operación de los traficantes.

Ante ello, Waly determinó “necesitamos que todos los gobiernos muestren una mayor solidaridad y brinden apoyo, sobre todo a los países en desarrollo, para abordar el tráfico ilícito de drogas y ofrecer servicios basados en evidencia para los trastornos por consumo de drogas y enfermedades relacionadas, para que podamos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, promover la justicia y no dejar a nadie atrás”.

Con información de Contralínea https://bit.ly/3eBThat