Uso de plaguicidas ha causado la pérdida de 296 mil colmenas de abejas en México en la última década

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El uso intensivo de plaguicidas altamente peligrosos como el fipronil y los neonicotinoides ha provocado la muerte masiva de abejas en México, con la pérdida documentada de 296 mil colmenas de la especie Apis mellifera en 15 estados entre 2013 y 2024, según un censo del investigador de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Eric Vides Borrel.

Los episodios de intoxicación masiva han generado cuantiosas pérdidas económicas. Un caso en Hopelchén, Campeche, en 2023, afectó 110 apiarios de 80 apicultores y dañó 3,365 colmenas. El investigador de Ecosur, Rémy Vandame, calculó que el evento causó pérdidas cercanas a los 13 millones de pesos, considerando la miel no producida, la pérdida de abejas y el impacto en la polinización agrícola.

La prohibición reciente excluye a los principales responsables

A pesar de la gravedad, el decreto presidencial del 5 de septiembre de 2025 que prohíbe 35 plaguicidas no incluyó al fipronil, imidacloprid ni tiametoxam, sustancias señaladas como las principales causantes de la mortandad. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) justificó su exclusión al considerarlos una “opción viable” para controlar plagas agrícolas.

Fernando Bejarano, director de la Red de Acción sobre Plaguicidas y sus Alternativas en México (RAPAM), calificó la medida como insuficiente. Señaló que, además de los 35 prohibidos, en México permanecen registrados 72 plaguicidas altamente peligrosos que son tóxicos para las abejas, destacando por su volumen de venta el fipronil, imidacloprid y tiametoxam, prohibidos ya en 49, 29 y 28 países, respectivamente.

El fipronil viaja kilómetros y su impacto persiste en el ambiente

La principal hipótesis para explicar las intoxicaciones en la Península de Yucatán es la deriva del insecticida durante su aplicación. En el caso de Hopelchén, se estima que el plaguicida se dispersó hasta 6 kilómetros desde su punto de origen, afectando un área potencial de 11,300 hectáreas.

Eric Vides Borrel advirtió sobre el riesgo adicional de los metabolitos secundarios, sustancias en las que se descompone el plaguicida en el ambiente. Explicó que el fipronil puede degradarse en moléculas como el sulfuro de fipronilo, que puede persistir en el suelo hasta por dos años y ser incluso más tóxico que la sustancia original para algunos organismos.

La mortandad es un indicador de una crisis ambiental más amplia

La muerte de abejas melíferas, más fácil de documentar por estar en apiarios, es un indicador de daños más extensos a la biodiversidad. Los investigadores sostienen que las abejas nativas y otros insectos polinizadores también están siendo afectados, aunque su mortandad pasa desapercibida.

Un evento reciente en Quintana Roo evidenció este daño colateral: además de la pérdida de 164 colmenas de Apis mellifera, se registró por primera vez la muerte de 10 colmenas de Melipona beecheii, la abeja sagrada maya, una especie nativa fundamental para la polinización específica de plantas de la región.

El modelo agroindustrial, detonante de la deforestación y el uso de tóxicos

Detrás de los episodios de intoxicación está el avance de la agroindustria en la Península de Yucatán, basada en monocultivos a gran escala que promueven la deforestación y el uso intensivo de paquetes tecnológicos que incluyen plaguicidas. La titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, reconoció en septiembre de 2025 que una de las zonas de mayor riesgo es la Península, donde comunidades menonitas han deforestado para sembrar, incluso, maíz transgénico.

Aunque la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró 17 predios por cambio ilegal de uso de suelo entre junio y agosto de 2025, especialistas como el maestro en derecho Raymundo Espinosa señalan que las sanciones suelen ser solo administrativas y no incluyen una reparación integral del daño a las comunidades y ecosistemas afectados.

Expertos coinciden en la urgencia de un sistema de trazabilidad para los plaguicidas y una transición hacia modelos agroecológicos. Rémy Vandame llamó a tomar “decisiones fuertes” de manera inmediata, ya que la urgencia de proteger a los polinizadores y la biodiversidad “es hoy, no para dentro de unos años”.

Con información de Contralínea.

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